Sarah Churchill

Después de que el rey Jacobo II de Inglaterra fuera depuesto durante la Revolución Gloriosa, Sarah actuó como agente de su amiga, la futura reina Ana, promoviendo sus intereses durante los reinados de Guillermo III de Inglaterra y María II de Inglaterra. Después de la muerte de Guillermo III en 1702, una vez que Ana ascendió al trono, el duque de Marlborough, junto con Sidney Godolphin, I conde de Godolphin, lograría la jefatura del gobierno en gran parte gracias a la influencia de su esposa.
Mientras John Churchill luchaba en la guerra de sucesión española, Sarah lo mantenía informado de las intrigas de la corte y transmitía sus solicitudes y consejos políticos a la reina. Sarah hizo una campaña incansable en favor de los Whigs, al mismo tiempo que se dedicaba a proyectos de construcción como el Palacio de Blenheim. Mujer de carácter fuerte, tensó su relación con la reina cada vez que no estaban de acuerdo sobre nombramientos políticos, judiciales o eclesiásticos.
Tras la ruptura final con Ana en 1711, Sarah y su esposo fueron despedidos de la corte, pero se vengaría después de la muerte de Ana.
Tuvo famosos desacuerdos con otros personajes importantes: su hija Henrietta Godolphin, segunda duquesa de Marlborough; John Vanbrugh, el arquitecto del Palacio de Blenheim; Robert Walpole, primer ministro británico; y hasta con el Rey Jorge II de Gran Bretaña y su esposa, la reina Carolina.
La fortuna que heredó del fideicomiso de Marlborough la convirtió en una de las mujeres más ricas de Europa. Sarah murió en 1744, a los 84 años. proporcionado por Wikipedia
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